ADÁN Y EVA. POEMAS DE AMOR 

«… hasta que del suelo broten
rosas, ¡rosas encendidas!»

 El Cantar de los Cantares, ilustración, Javier Alcaíns, editorial Moleiro.

En la última Feria del Libro Antiguo, registrando las cajas que los libreros colocan en los tablones con títulos a bajo precio, hallé varios ejemplares de Cuadernillos de Poesía.

Bajo el sello de Cuadernillos de Poesía, el colombiano Carlos H. Pareja (1899-1987), apodado Simón Latino, creó una colección que tituló Los mejores versos de… Estas breves antologías monográficas fueron impresas en Argentina entre los años 1940 y 1965 —el célebre editor hispanoamericano, obligado a dejar su tierra por problemas políticos, se refugió en el país de los tangos.

En el número 31, dedicado al argentino Leopoldo Lugones (1874-1938), en las Notas que aparecen al final del fascículo, encontré dos poemas firmados por un vate que desconocía. Me refiero a Ashram El-Kebir, hombre difícil de rastrear, al menos para mí que lo he intentado sin éxito. Sólo sé lo que el editor de poetas nos cuenta en su breve texto. Y sólo conozco los dos bellos poemas, traducidos por él, que con nosotros comparte. Uno pertenece al poemario Chansons y el otro al libro La Poesía de las Mil y Una Noches.

Sobre el poeta árabe escribió Simón Latino:

«Siendo tan poco conocida en nuestra lengua la poesía árabe contemporánea, y menos todavía la de los poetas africanos, creemos de interés para nuestros lectores traerles aquí un poema del poeta franco-argelino, de raza árabe, Ashram El-Kebir, nacido en Sinkek, aldea de Argelia, el 15 de julio de 1898.

»El-Kebir no es solamente un poeta, es también un bandolero, un fellagha, es decir, un patriota, marcado así por las autoridades francesas, por hallarse junto a su pueblo en la lucha por la independencia y liberación de su país del yugo colonial. Por tal motivo, ha sufrido persecuciones, cárceles y exilio. Pero ha logrado salvar su vida, y en medio de la lucha patriótica, cantar con su voz inconfundible los grandes temas del mundo, principalmente el amor, que es parte esencial de su vida agitada; porque El-Kebir ama a su patria como a una ardiente mujer, y a las mujeres como a su ardiente tierra. De su hermoso libro Chansons, escrito en francés, publicado en El Cairo en 1955, traducimos este poema.»

CHANSONS

Libro de Horas de Enrique IV de Francia y III de Navarra, ilustración, facsímil, editorial Moleiro.

ADAN Y EVA

I. Tesis

La primavera vino. Y estaba ya madura
la primera manzana que en el mundo se abría.
Durmiendo sobre el hombro de Adán, Eva sentía
subir de sus entrañas inédita ternura.

Miróle embelesada… Como una rosa pura,
mostraba ya sus pétalos de luz el nuevo día,
y a tono con la música del agua que corría
pasó, nerviosa y ágil, una serpiente oscura.

La joven tuvo miedo; desnuda y sin abrigo,
buscó el refugio cálido del cuerpo de su amigo,
y entre sus brazos fuertes echóse enternecida.

Abrió sus ojos castos Adán; sintió cariño
por ella; y con la tierna simplicidad de un niño
sembró en la tierra virgen el germen de la vida.

II. Antítesis

Cuando, pasado el éxtasis, quedó prendido el grano,
Adán, estupefacto, miró a su compañera
tendida sobre el suelo: ¡como la tierra, era
hermosa! —De rodillas le dijo al Soberano:

—¡Gracias, Señor, por este prodigio sobrehumano!
—¡Gracias por el amor y por la primavera!
—Porque me diste el germen que en Ella prolifera
y de mi propia carne la hiciste, con tu mano.

Dios asomó entre nubes, severo, amargo y triste:
—¡Has pecado! —le dijo a Adán—, ¿por qué lo hiciste?
—¡Oh, Dios! —repuso el Hombre—: Por Ella vivo y creo;
es sangre de mi sangre, hueso de mi costado,
y Tú la hiciste hermosa: si amarla era pecado,
¿por qué me diste entonces la carne y el deseo?

III. Síntesis

Siglos, milenios, eras tal vez, habían pasado
desde que Adán y Eva se unieron. No existía
ya en el mundo el amor… Pero a la grey judía
llegó un Poeta rubio, dulce y atormentado.

Era el Hijo de Dios… Habló contra el pecado
de la lujuria, la sed de oro, la falsía
del mercader que roba y reza, y de la orgía
de un mundo corrompido que a Dios había olvidado.

Al pueblo dijo entonces Jesús: —«Seguid mi ejemplo.»
¡Y echó a los fariseos a látigo del templo!
Una joven pareja se acercó al Nazareno:

—«Señor, Señor» —dijéronle—: «¿amarnos es pecado?»
y Él, sonriente: —«Yo mismo seré crucificado
por el amor: ¡amaos! ¡Amor es lo que es bueno!»

LA POESÍA DE LAS MIL Y UNA NOCHES

El placer de las mujeres, ilustración, facsímil, editorial Moleiro.

LA TUMBA DE AZIZA

Cubierta por el follaje
está la tumba de Aziza.
Siete anémonas dolientes
sobre la losa se inclinan.
Yo le pregunté a la tierra:

—¿Sabes tú quien se cobija
bajo esta lápida triste?
—Viajero, calla, e inclina
tu frente: ¡una enamorada
duerme aquí, dulce y tranquila!

Yo dije entonces: —Oh, alma
que del querer fuiste víctima,
oh corazón torturado
por el amor, linda niña:
Que el Señor te dé el olvido
de tus pesares, y vivas
eternamente en el cielo,
del paraíso en la cima.

Vosotros —tristes amantes
a quienes el mundo olvida
después de muertos, y nadie
vuestros sepulcros vigila—,
oídme: Yo he de traeros
plantas y flores un día,
y las regaré amoroso
con mis lágrimas purísimas,
«hasta que del suelo broten
rosas, ¡rosas encendidas!»

ENLACES RELACIONADOS

El Cantar de los Cantares. Poemas.

Leopoldo Lugones: “Alma venturosa” y otros poemas de amor. Ilustraciones de Xavier Gosé.

Alfonsina Storni. Poemas.

Víctor Hugo. Poemas de amor.

Pedro Salinas. Poemas de amor.

Leopoldo Lugones. Poemas de amor.

No hay como una noche de amor.

El cortejo.

Diván de poetisas árabes contemporáneas. Poemas.


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