EL ACUEDUCTO DE SEGOVIA

«Se dice que el gallo cantó justo cuando al diablo le tocaba poner la última piedra…»

Fotografía, María Gabriela Díaz Gronlier, 2019.

 

EL ACUEDUCTO DE SEGOVIA

El tiempo no acepta nuestra temeridad.
Lanza contra nosotros a su ejército de ángeles caídos:
los constructores de lápidas.

Pero los hombres, errantes y mortales,
vestidos con las ropas que sus abuelas les cosen,
vencen los cúmulos que sobre ellos se ciernen
—la ambición es nuestra Espada.

Vespasiano y Trajano jadean
—como Pedro, varios siglos después de la primera piedra—
en el acueducto segoviano
de los turistas…
de paso.

Tiempo, ¿para qué forcejear?
Somos antorchas de la inspiración divina.
La historia —guerra de hombres—,
nos convierte en héroes.


ENLACES RELACIONADOS

Un sueño me mece…

El caballito de mar.

Espiral.

Las fieras.

Composición floral.

Una Caperucita más.

La pensión de Antonio Machado en Segovia.

Clavel.


Compártelo con tus amigos: