ASESINATO EN LA CATEDRAL

«No todo anda bien por aquí. Pasan cosas inexplicables. Ustedes… ustedes deben…».

Ahora que las noches comienzan a alargarse, el cielo se vuelve plomizo y tendente al llanto y nos vemos obligados a desdoblar las mantas, es el momento de aceptar la invitación que nos ha enviado Crispin para que le acompañemos al pueblo de Tolnbridge, donde un grupo de agentes secretos confía en poder sacar adelante sus macabros planes.

Será una experiencia estimulante, como observadores nos moveremos entre una multitud de ricos y matizados personajes secundarios, entre los que encontraremos sacerdotes muy variopintos y espías ingleses al servicio de los nazis.

Escrita con gran ironía, Asesinato en la catedral, que tiene como locación central la catedral del pueblo y su rectoría, nos ofrece una combinación irresistible de crímenes, misas negras, brujas, supuestas apariciones y varios intentos de asesinato. Por haber hay hasta una conversión, que pone la guinda al cóctel.

Las historias de misterio de Edmund Crispin (1921-1978) recuerdan las de Arthur Conan Doyle (1859-1930). Ambos crearon un investigador privado, un talentoso intruso con dones especiales para meter las narices en los crímenes y descifrarlos; y ambos inventaron un ayudante a la medida del detective, campechano y dispuesto a aguantar la soberbia desmedida de su colega. Pero hay una diferencia en cuanto a estilo y comportamiento: los personajes de Crispin son más corrientes, a diferencia de los de Conan Doyle que nunca pierden la etiqueta.

La novela, que se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial, está llena de alusiones a los efectos de este conflicto en el día a día de los ingleses. Asesinato en la catedral también refleja el rechazo del autor al  psicoanálisis —el libro fue escrito en 1939 y ya para entonces Freud tenía un amplio club de detractores—. Peace, el psicoanalista, se considera a sí mismo «una especie de hechicero» que no cree en el inconsciente.

Como suele pasar casi siempre con las novelas policíacas, partimos a ciegas. Y como casi siempre, todo comienza porque alguien está en el lugar equivocado y ve lo que no debía. Edmund Crispin es un escritor que sabe contar historias, que engancha. Esta novela, al tener tantos personajes, podría parecer difícil de leer. Pero no, en cuanto te subas al tren que te llevará al pueblo de Tlonbridge —para lo cual tendrás que aceptar la invitación que se te hace—, comenzarás a darle vueltas a las preguntas de rigor: ¿Medios? ¿Móvil? ¿Ocasión? Mas mucho me temo que siempre darás con la respuesta equivocada.

Asesinato en la catedral es la quinta novela de la saga del inspector Gervase Fen publicada por la editorial Impedimenta.

firma gabriela6

ENLACES RELACIONADOS

La máscara robada (Wilkie Collins).

“En la niebla” (Richard Harding Davis).

Kathleen (Christopher Morley).

Lur Sotuela. “Maldita literatura”.

El diablo enamorado. (Jacques Cazotte).

La mandrágora (Jean Lorrain). Y un poquito de Montmartre.

El párroco de Vejlby (El párroco de Vejlby). El primer relato policíaco de la literatura universal.

Penas de amor de una gata inglesa (Balzac).

Tres crímenes rituales (Marcel Jouhandeau).

El género policíaco (Manuel Díaz Martínez).


Compártelo con tus amigos: