EL CABALLERO DEL SOMBRERO HONGO
«¡Oh…, déjala: es vida!»
Yvette Guilbert, Toulouse-Lautrec, gouache y carboncillo sobre papel, 1893.
Gira sin cesar sobre el eje que gobierna el caballero de sombrero hongo, bastón y pañuelo de fino lino. Tiene la mirada perdida y los brazos en cruz —solloza su desesperanza—. Pero el caballero, de bombín y espuelas, no escucha y aprieta, obstinadamente y con cuidado de no quebrar la frágil varilla —el alma es para él un objeto—, las tuercas del eje donde la ha atado —¡Oh…, déjala: es vida!
La anónima, alzándose una vez más sobre las puntas de sus pies, como girasol buscando al sol, gira.
¡Gira!
¡Gira…!
(Caen sus traslúcidas alas, agoniza el trinar en los bosques y brotan de la tierra antorchas de amapolas.)
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Carta de una desconocida (Stefan Zweig). Película.