EL CORTEJO

«El alma que puede hablar con los ojos también puede besar con la mirada».
Gustavo Adolfo Bécquer

Amor en azul, Marc Chagall, óleo sobre cartón, 1914.

 

EL CORTEJO

A través de los ventanales, se proyectan conos de luz sobre el césped que sufre cómo la noche le hurta sus verdes.

La muchacha está en el jardín. Su risa caracolea y atraviesa la cortina que deja entrever una sombra. Es el joven que, turbado, la observa desde su habitación —late el corazón de él a la par que el de aquella que juega rozándose con la hierba.

La noche, cortés y celestina, despierta la impaciencia en ella y convierte en destellos las ansias de él. Y se inicia el cortejo bajo las estrellas —aún están lejos los cardos que laceran.

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