EL HOMBRE QUE PLANTABA ÁBOLES

«De las montañas llegaba un rumor como de agua: era el viento en los bosques».

Ilustración de Simona Mulazzani para la impresión de Duomo Ediciones.

El hombre que plantaba árboles, en la fábula del escritor provenzal Jean Giono (1895-1970), se llama Elzéard Bouffier y es un pastor-cultivador que levanta bosques, en  tierras erosionadas y emborronadas por pueblos vencidos por la desidia, mientras que sus contemporáneos provocan dos guerras mundiales. 

El protagonista de la fábula de Jean Giono siembra robles, encinas, hayas, abedules… Levanta bosques con árboles diferentes; porque para Elzéard Bouffier el éxito de su proyecto está en la diversidad y él sabe que, para que el bosque prospere, es necesario tener en cuenta que cada terreno exige una plantación diferente.

El hombre que plantaba árboles está considerado un relato ecologista, un texto cuya idea principal es la de demostrar la importancia que tiene la naturaleza en la evolución de las sociedades. Creo que en esta intensa, bella y breve narración de ficción, el autor se vale de la naturaleza para hacer un llamado a la humanidad. Sin embargo, no hay antagonistas. No está el universo por encima del hombre, ni el hombre por encima del universo; de la misma manera que no hay gallina sin huevo, ni huevo sin gallina.

Una voz como el viento, personaje que no debes perder de vista porque tiene su rol en este cuento, campanea anunciando que el hombre tiene un poder inmenso, que de él depende el camino que transita. Nos dice que la decisión está en uno mismo y, por tanto, que somos autores de nuestros destinos. Somos responsables de destruir la vida o de multiplicarla —ya lo dije antes, mientras la multitud combatía… Elzéard plantaba árboles.

Elzéard Bouffier deja en herencia bosques que trajeron agua a las tierras, ríos que trajeron campos cosechados, cosechas que alimentaron gentes, gentes que poblaron los parajes donde antes sólo había desolación.

El protagonista de El hombre que plantaba árboles nos deja otra enseñanza. Nos dice que es necesario conocer «el valor de las cosas». Dos son las herramientas que tiene Elzéard para llevar a cabo su meta de salvar los montes de la Provenza: objetivos y constancia.

Pero, realmente, ¿qué árboles son los que planta este hombre solitario? Para mí, el bosque del labrador es un bosque de ideas que te harán pensar.

Jean Giono construye su parábola con palabras como felicidad, tesón, esperanza, generosidad, rencor, egoísmo, rivalidad, ambición irracional… Jean Giono provoca un enfrentamiento entre virtudes y vicios para resaltar el camino que escogió y que tantos dolores de cabeza le acarreó. En la obra literaria de Giono es evidente su compromiso con las doctrinas pacifistas.

Mientras la naturaleza es destruida por las guerras; mientras las guerras dan paso a una civilización industrial, que ha transformado al individuo en hombre-máquina, un personaje, surgido de la imaginación de Jean Giono, levanta bosques en compañía de su perro y con la ayuda de sus manos y de una vara de hierro.

Vuelvo, antes de terminar, a la diversidad en la unidad. Para mí, en El hombre que plantaba árboles la unidad está representada en el bosque y la diversidad se manifiesta en los variadas especies que representan propósitos individuales. Para el escritor francés no había diablo mayor que lo que llamamos «masas».

Si eres uno más… sin más, ¿cómo vas a pararte a pensar en el otro si no distingues, siquiera, quién eres tú? ¿Cómo vas a ayudar si no puedes ayudarte? ¿Cómo puedes ser justo si no puedes detectar tus errores? Si eres uno más… sin más, ¿cómo piensas recuperar tu capacidad de pensar? Y, ¿cómo sin pensar… podrás recuperar tu libertad?

Existen varias impresiones de El hombre que plantaba árboles. Para esta reseña he manejado el libro publicado por Duomo Ediciones. Voy a dejarte a continuación el cortometraje producido por Radio-Canadá en 1987 bajo la dirección de Frédéric Back (1924-2013); la película recibió el Premio Oscar al mejor cortometraje animado.

Para este mes de febrero escogí hacer la reseña de El hombre que plantaba árboles porque es febrero mes de podas y siembras de setos, arbustos y rosales. Ya sabes que Elzéard se hizo arboricultor. Pero, ¿recuerdas de dónde proviene la palabra cultura? Proviene del latín cultus, que significa cultivo, cultivado. Cultivar el campo y cultivar el espíritu es sabiduría, es progreso. 

EL HOMBRE QUE PLANTABA ÁRBOLES

 

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