EL SUEÑO DE AMALIA

«Amalia solía imaginar que al final del sendero había otro mundo, donde todas las criaturas tenían alas y podían ir a donde quisieran».

El sueño de Amalia está ilustrado por Tania Coello Vega.

Los libros de aventuras hacen coincidir la fantasía innata del joven lector con el juego intelectual que, para estimular la imaginación intuitiva del menor, propone el autor al crear una historia que recrea la realidad. Esta simbiosis, tan difícil de conseguir en la literatura para adolescentes, es un éxito en El sueño de Amalia.

Dos son las islas donde se desarrolla el argumento de la novela que hoy les propongo. Las andanzas de los personajes comienzan en Cuba, cuando un güije (especie de duende negro) pesca en el mar a Amalia. Pero el desarrollo de la trama tiene lugar en Islandia, país que nuestros niños conocen a través de los seres fabulosos de la literatura escandinava. Los enredos y desenredos transcurren en Navidad.

El sueño de Amalia nos da información sobre Cuba y sobre Islandia. Nos habla de sus historias y de sus costumbres, a la vez que aviva en los lectores el interés por viajar y conocer nuevas culturas.

Islandia, isla de lava y de hielo. Isla de elfos, hobbits, trasgos y vikingos será el escenario principal de las peripecias de Amalia, una niña práctica y resolutiva que descubre el poder de la imaginación en compañía de un güije travieso, desenfadado, inocente, miedoso y ladronzuelo. Un ser al que la autora, con gran acierto, le ha dado un cometido especial —el güije tiene la encomienda de divertirnos.

Cuatro pistas nos son dadas desde el comienzo del libro: una sombra que acecha a la protagonista, una novela de Julio Verne, que aparece y desaparece sin lógica aparente, un potente olor a azufre y el anhelo de Amalia por viajar. Del calor tropical parten una chica y un güije para cumplir una misión que salvará a la «tierra de nieve» de la Oscuridad y que mostrará a los niños el valor de la amistad, de la solidaridad y de la superación personal.

El sueño de Amalia posee un glosario que permitirá al lector comprender el vocabulario islandés y cubano que Belkys Rodríguez utiliza. Tiene muy buena letra, muchos diálogos y está dividido en capítulos cortos. Tania Coello, con sus acuarelas, nos permite ver lo que la escritora nos cuenta.

El sueño de Amalia, una novela de aventuras, magia y misterio, donde también hay sitio para el amor, se encuentra dentro del catálogo de Alargalavida. Está recomendado para chicos de entre nueve y trece años.

Por cierto, Amalia y el güije ya están metidos en nuevos líos. Pronto, Belkys Rodríguez nos contará sus nuevas andanzas.

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