MEMORIAS DE UNA SUEGRA

«¿Agora sabes, Ricardo, que es la comedia un espejo, en que el necio, el sabio, el viejo, el mozo, el fuerte, el gallardo, el rey, el gobernador, la doncella, la casada, siendo al ejemplo escuchada de la vida y del honor, retrata nuestras costumbres, o livianas o severas, mezclando burlas y veras, donaires y pesadumbres?»
Lope de Vega.

Si bien es cierto que la comedia y la tragedia reflejan preocupaciones sociales, también es cierto que la comedia puede darse licencias que a la tragedia no les están permitidas. La risa tiene la facultad de relajar la tensión que puede provocar el tratamiento de un asunto serio.

El género de la comedia ayuda al escritor a sacudir el ánimo del lector cuando este se enfrenta a una historia que encierra un conflicto comunitario. La comedia permite ridiculizar temas delicados. El vocabulario, las situaciones erróneas y exageradas, la ambigüedad, el juego que da el engaño, la ironía son algunos de los recursos de los que se vale la comedia para conseguir la empatía a través de la risa.

Memorias de una suegra es una novela que reúne todos los requisitos de una comedia. George Robert Sims (1847-1922), escritor, periodista y dramaturgo inglés, crea un personaje muy jugoso, una figura que encarna el vicio de controlar todo lo que le rodea.

Al leer el título, podemos pensar que en Memorias de una suegra nos vamos a encontrar con una historia divertida sin más, con un ajuste de cuentas, con una novela en el que una suegra sale muy mal parada por entrometida, chismosa, manipuladora, autoritaria e intrigante. Pero no.

Es cierto que el personaje principal de este libro reúne los defectos señalados, y es cierto que los mismos sirven al autor para conseguir uno de sus objetivos: entretener. Mas la intención del escritor va mucho más allá. George Robert Sims entrega el control de la novela a la señora Tressider, es ella, la suegra, quien cuenta su historia. Memorias de una suegra recoge las anécdotas de una señora, de clase media acomodada, que narra su vida familiar para da voz a una clase «numerosa y espantosamente maltratada.»

Hay otra razón por la que George Robert Sims posa su mirada en una suegra, además de las posibilidades que para una comedia ofrece un personaje de las características de la señora Tressider. Esta razón tiene que ver con su compromiso con los más desfavorecidos de la sociedad. El autor escogió para su novela un personaje popular que suele generar rechazo social, un personaje que suele ser visto como la bruja que estropea el cuento de hadas que se supone es un matrimonio.

La protagonista de la novela es madre y abuela. Y sí, es una mujer entrometida y autoritaria, pero también es una señora que ha sacrificado sus aspiraciones por el bienestar de la familia. Sin embargo, su marido y sus hijos, que acuden a ella para que resuelva todo tipo de entuertos, no estiman su dedicación y, lo que es peor, la presionan para que no diga siempre lo que piensa.

George Robert Sims construye un personaje que le permite exponer lo poco valorada que estaba la mujer en su sociedad. El escritor fue un hombre cercano al movimiento sufragista que, por entonces, empezaba a manifestarse en algunos países de Europa. En Memorias de una suegra no son escasas las alusiones de George Robert Sims en defensa de la mujer.

La señora Tressider no es perfecta, pero si su familia goza de prosperidad es gracias a la manera en la que ella gestiona el hogar, único sitio donde puede utilizar su inteligencia.

Al reivindicar el papel de la suegra, George Robert Sims está reivindicando el rol de la mujer en la sociedad. Una suegra es una madre que ha construido un núcleo familiar. Es una persona que tiene un rol fundamental en el desarrollo de la personalidad y del carácter de sus hijos. La familia es la cuna de la sociedad.

La madre del cónyuge es pieza fundamental de la familia; es decir, es la figura sin la cual no existiría ni comunidad de individuos, ni nación. Una suegra es mujer y madre.

Memorias de una suegra es una novela divertida, muy bien escrita y excelentemente traducida. Es un libro entretenido que nos hace meditar sobre lo que demonizamos.

Antes de finalizar la reseña, me gustaría resaltar lo que para mí ha sido el mayor atractivo de la novela. Memorias de una suegra me ha permitido visitar la sociedad inglesa de la segunda mitad del siglo XIX. Cada página leída me ha acercado a la vida cotidiana de los londinenses de aquella época, cada página me ha invitado a participar de una escena hogareña. He estado merodeando, como Campanilla, por todos los rincones descritos en este libro y puedo asegurar que lo he visto y lo he oído todo.

A los misterios del alma llega el escritor a través de la comedia o el drama. Esto lo sabía George Robert Sims cuando escogió para su historia el género de la comedia que, según afirma Aristóteles en su Poética, «nace de la comprensión de la palabra con la imagen».

Memorias de una suegra está traducido por Alejandro Palomas y tiene las tapas duras. El libro se encuentra en el catálogo de la editorial Siruela.

Ilustraciones de Redmer Hoekstra, pluma sobre papel.

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“La víbora”. Poema (Nicanor Parra).

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El vampiro en la historia del arte y de la literatura.

Jacques Cazotte. “El diablo enamorado.”

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Asesinato en la catedral. Un nuevo misterio para Gervase Fen (Edmund Crispin).

El párroco de Vejlby (Steen Steensen Blicher). El primer relato policíaco de la literatura universal.

Enoch Soames (Max Beerbohm).

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