LA ESCLAVA DE LA SOLEDAD

«La vida sólo es posible dentro del círculo mágico».

Pan de nieve, escultura, Jean Arp, mármol, 1963.

 

LA ESCLAVA DE LA SOLEDAD

Con el hisopo esparce agua bendita sobre el círculo del amor que en cada luna llena se dibuja en el suelo del desván. Abriéndose paso, entre el sueño y la vigilia de la esclava de la soledad, el ser de alas negras acude a la cita.

Llamea el candil al son de los hondos misterios que en el deseo crecen. Las uñas rojo carmesí de la ciega se deslizan por las plumas negras del anticristo, mientras sus pupilas chispean en el nimbo dorado de la criatura.

«La vida sólo es posible dentro del círculo mágico. Fuera, la demencia del mundo se balancea en su cochambroso columpio», suspira ella con cada incienso que apaga ahíta de amor —en el suelo, una botella de vino espumeante y dos copas coronan la liturgia del rito.

Saliendo del círculo de la luna, la esclava nos mira y exclama: «De modo que  ¡basta pensarlo… para que exista!»

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