LA MADRASTRA DE BLANCANIEVES
«Dime una cosa, ¿quién es en este reino la más hermosa?»
Ilustración de Toshiaki Kato.
UN ACTO
Coro
¡Hay que enterrar al enano muerto, hay que llevarlo a la tumba abierta del cementerio!
Madrastra
Agarrarle por los pies, que yo el tronco sostengo. El rayo retumba, el cielo está negro y no hay nubes, ni luces, ni estrellas brillantes en el firmamento.
Coro
Por la cabeza sangra. Hay que llevarlo a la tumba abierta del cementerio.
Madrastra
¿A cuál?
Coro
A la de los otros muertos, los que descansan a cielo abierto.
Madrastra
¡Alerta! Se escuchan lamentos… ¡La inocencia llega con los pájaros que la acompañan!
Coro
¡Ha mordido la roja manzana!
Madrastra
Sus pestañas son como la lluvia fina y su piel, su piel es… ¡tan blanca y delicada!
Coro
Hay que enterrar al enano muerto. ¡De prisa, de prisa! Hay que llevarlo a la tumba del cementerio.
Madrastra
La de los otros muertos, los que descansan a cielo abierto.
Coro
La noche llega a su fin. Pronto abrirán las minas de plata y cobre donde trabajan de siete, cuatro pigmeos; pues tres yacen en el cementerio.
Madrastra
Muerto el amor vuelvo a reinar. Ahora dime, espejo, espejito mágico de cristal de Lohr, ¿quién es la más hermosa de todo el condado?
Coro
¡Qué bella la lágrima que pende del pálido rostro de Blancanieves!
Madrastra
¡Oh!, nada queda por hacer. Trago estas bayas y…
Coro
¡De prisa, de prisa, que no muera aún! ¡Traed las sandalias de hierro, las cinceladas por los pigmeos!
En la noche oscura, sin luna ni estrellas, al borde de la tumba abierta, la madrastra baila, baila sin parar, baila hasta que el taconeo estrella en mil pedazos… ¡el mágico espejo!
ENLACES RELACIONADOS
Una rosa sin pimpollo, un asunto de rutina.