LA MARGARITA

«La utilidad de lo inútil».

Fotografía de María Gabriela Díaz Gronlier.

Andando por los montes de El Pardo, por uno de los caminos más transitados por los paseantes, donde la tierra es removida por las ruedas de las bicicletas y los cascos de los caballos, encontré una pequeña flor en todo su esplendor. Parecía la manifestación de un milagro. Bajo el sol del estío, la margarita, como un prendedor, embellecía la tierra removida por los corceles.

El hallazgo me conmovió, quizás por creerlo imprevisible. Aquella flor silvestre, que daba color a una ruta a la que estaba tan acostumbrada, me hizo comprender que la rutina no me había anulado la capacidad de asombro —asombrarme me turbó.

Pienso en la avecilla que dejó caer, en un lugar tan hostil para una planta, la semilla que le dio vida. Pienso en la margarita que ilustra mi reflexión, la margarita que me demostró la utilidad de lo… aparentemente inútil.

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