MAO TSE-TUNG
«Hoy dispongo de todo el espacio».
Muchacho, Zhang Xiaogang, 2005.
Vaya por delante que este artículo sólo se centrará en la poesía del líder comunista chino Mao Tse-Tung. Dos son las razones por las que he dedicado mi tiempo al poeta Mao: una es porque, en nuestro mundo occidental, su obra es poco conocida y la otra es porque considero que su poesía lo merece.
Mao Tse-Tung confió sus ideas revolucionarias a formas clásicas de expresión poética. Su obra se balancea como equilibrista sobre una cuerda, se mueve entre la calma y la exaltación, siendo la calma la forma y la exaltación el contenido, el destino del verso. Su poesía busca un modo de expresión que le permita transmitir al lector un mensaje optimista, vinculado a la nueva era que se iniciaba en China.
Pájaros del paraíso, Qi Baishi, 1940.
Mao busca formas ligeras, envueltas en notas que salen de lo más profundo de la naturaleza, para expandir aromas revolucionarios. Situados en montañas, ríos, llanuras, mares, pasando por las distintas estaciones del año, sus poemas son espejos que muestran su pensamiento político, a la vez que enaltecen las batallas libradas.
¿A qué me refiero cuando hablo de la forma en la obra poética de Mao? A los cánones de la poesía clásica china, la milenaria, la de los vates que dan armaduras livianas a pensamientos hondos, nacidos de la contemplación y de la meditación. A la poesía que gira en torno a la naturaleza y que se nutre de la fuerza que de la naturaleza emana, que es donde posaron sus miradas los arquitectos de versos antiguos.
En la poesía de Mao Tse-Tung encontramos características que tienen su origen en la poesía clásica china. Hay sensibilidad y delicadeza. Hay agudeza a la hora de expresar ideas. Hay espacio para que el lector interactúe con el poema.
En la poesía tradicional china existe algo que tiene que ver con el tiempo y que es difícil de explicar —sólo es apreciado cuando se lee—. No sé cómo describirlo, pero parece que el tiempo se detiene los segundos necesarios para que asimilemos las grandes verdades que se nos comunican a través de los versos. Hay una calma mística en ellos. Y hay otra cosa, hay un lazo que enlaza épica y lirismo.
Bajo formas tradicionales, Mao coloca sobre el papel sus reflexiones y consigue que su poesía, de fuerte carga ideológica, se aleje del libelo.
Mao Tse-Tung toca temas como la guerra, la muerte, la victoria… Habla en sus poemas de sí mismo, de sus experiencias, de personajes históricos y mitológicos de su tierra, de la sociedad que aborrece y de la que ansía.. Al leer su obra poética nos acercamos al líder chino desde una perspectiva diferente a la del hombre que inició la larga marcha. Sus versos son un oftalmoscopio que nos permite ahondar en su retina.
Hombre sentado, Xu Beihong, 1924.
En 1976, Ediciones en Lenguas Extranjeras publicó un libro que tituló Poemas. Mao Tse-Tung. El volumen incluye un apéndice donde se aclaran las dos formas métricas empleadas por el poeta: el Tsi y el Shi. Así las explica el editor:
Tsi: Estaban destinados, en un principio, a ser cantados con acompañamiento de música. En cada poema, el número de caracteres, la longitud de los versos, los vaivenes simétricos y los efectos de aliteración dependían de la melodía del canto. Estos poemas llevan por subtítulo Según la melodía… y su origen hay que buscarlo en la época Tang (618-906). Los poemas Tsi también son llamados Estrofas cantadas.
Shi: Se ramifican en dos: lüshi (octavillas) y chüechü (cuartetos). Son anteriores a la época Tang.
- Lüshi: Regido por una prosodia sumamente estricta consta de ocho versos de cinco o siete caracteres cada uno. El tercero va en par con el cuarto, y el quinto, con el sexto, tanto en sonido como en sentido.
- Chüechü: Tiene cuatro versos de cinco o siete caracteres. Es una especie de lüshi trucado; mas, los versos tercero y cuarto, de sonido en contrapunto como en los lüshi, no lo son necesariamente en cuanto al sentido.
El hombre es nido de contradicciones. Mao Tse-Tung escogió para sus composiciones las formas antiguas, pero renegó de la poesía clásica por considerarla nociva para los jóvenes. Así se expresó en una carta que, con motivo de la publicación de sus versos, envió a la revista Poesía (1957):
«(…) Nunca he querido publicar oficialmente estas cosas porque son de forma clásica y temo que esta especie de poesía se difunda, haciendo daño a la juventud. Además estos poemas carecen de sabor poético y no tienen características singulares. Puesto que ustedes piensan que pueden editarlos aprovecho la publicación para corregir algunos errores de que adolecen las copias que se han venido difundiendo de mano en mano(…). Por supuesto, cuando se trata de poesía hay que dar primero lugar a la poesía moderna. Se pueden escribir versos clásicos pero no es conveniente fomentarlo entre los jóvenes porque esta forma ata a la ideología y al pensamiento y además es difícil de aprender…».
Muchachas, Lin Fengmian, 1980.
Ilustro las poesías que he seleccionado con cuadros de artistas chinos del siglo XX. Son obras resultado de la fusión de viejas y nuevas técnicas pictóricas. Al final de cada composición encontrarás pequeñas notas escritas por el traductor Jorge Enrique Adoum (1926-2009). Te aconsejo que las leas antes de los poemas. Mao escribió:
«Si la diosa de la montaña sigue siendo como hoy día
se asombrará de ver el mundo tan cambiado».
Y yo digo… ¡Y tanto!
POEMAS
Mao, Yu Youhan, 1992.
LA TORRE DE LA GRULLA AMARILLA
(Según la melodía Pu Sa Man).
Primavera de 1927
Anchos, muy anchos, los nueve tributarios cruzan el centro de esta tierra,
honda, muy honda penetra la línea que va del norte al sur;
desvanecidas en la bruma azul de niebla y lluvia
encajonan al gran río la Serpiente y la Tortuga.
La grulla amarilla partió y nadie sabe a dónde.
Sólo queda este lugar donde el viajero reposa.
Yo brindo por el torrente que se encrespa.
¡La marea de mi corazón sube igual que sus olas!
Nota: La «Serpiente» y la «Tortuga» son dos montañas del Yangtsé que se encuentran una frente a la otra. «Los nueve tributarios» son los nueve afluentes que desembocan en el río Yangtsé.
Flores de ciruela y ramas verdes, Sanyu, 1963.
EL DOBLE NUEVE
(Según la melodía Tsai Sang Tsé).
Octubre de 1929
Es fácil que envejezca el hombre, mas no la naturaleza.
Todos los años se celebra el Doble Nueve.
Pero este año, para el Doble Nueve,
las flores de oro tienen un aroma insólito
en el campo de batalla.
Cada año sopla violento el viento del otoño:
no es como el de primavera,
es mejor que el de primavera;
bajo el cielo, las inmensas extensiones de escarcha.
Nota: El «Doble nueve» es una fiesta del calendario chino. Las «flores de oro» son los crisantemos que los antiguos admiraban durante esa fiesta. Este poema fue escrito el año en el que el IV Ejército Rojo obtuvo varias victorias.
Torre de tambor, Zhu Jinshi, 2010.
DAPODI
(Según la melodía Pu Sa Man).
Verano de 1933
Rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo, violeta:
¿quién danza en el cielo ondulando esta cinta?
Después de la lluvia, he aquí el sol poniente,
y, de trecho en trecho, se vuelven azules el paso y las colinas.
Hubo aquí en otro tiempo un furioso combate;
las balas perforaron los muros de la aldea.
Son adornos del paso y las colinas
que hoy parecen más bellas.
Nota: El 10 de febrero de 1929, el ejército de Mao venció en Dapodi a las tropas reaccionarias de Kuomintang. Mao escribió el poema en 1933, cuando regresó al lugar de la batalla.
Después del eclipse, Zao Wou-Ki, 1999.
EL DESFILADERO DE LUSHAN
(Según la melodía Yi Chin O).
Febrero de 1935
Sopla furioso el viento del oeste;
lejos la oca salvaje grazna bajo
la luna de un amanecer de escarcha.
Bajo la luna de un amanecer de escarcha
se triza el ruido de los cascos del caballo,
la trompeta enmudece.
No digáis que es inexpugnable
el desfiladero imponente.
Hoy mismo vamos a dar el paso para cruzar la cumbre.
¡Cruzaremos la cumbre!
Estas montañas son como el mar, azules,
y parece de sangre el sol poniente.
Nota: El poema describe el combate que permitió que el Ejército Rojo tomara Tsunyi, sitio donde se encuentra el desfiladero de Lushan. En este lugar se celebró la «Reunión de Tsunyi», conferencia que definió la posición que ocuparía Mao en el Partido y en el ejército. El poema pertenece al género «Shi»; en concreto, al modelo «Yi Chin O». «Yi» significa recuerdo. «Chin O» es el nombre de la dama de honor de una emperatriz de la dinastía Tang.
Fragantes hojas rojas, Wu Guanzhong, 2001.
LA GRUTA DE LOS DIOSES
(Del género Chi Chiué).
Noviembre de 1961
El pinar inflexible se alza en el anochecer borroso,
en su fuga apacible las nubes pasan en desorden.
Cerca de la Gruta de los Dioses, que se diría obra del cielo,
qué encantos infinitos la áspera cima esconde.
Nota: Inscripción para una fotografía de Mao en el monte Lushán. La fotografía fue realizada por la camarada Li Kin.
El sol rojo, Zao Wou-Ki, 1950.
LA GRAN MARCHA
(Del género Chi Liu).
Octubre de 1935
El Ejército Rojo no teme los rigores de una larga marcha,
mil montañas, diez mil ríos no significan nada.
Las Cinco Cordilleras para él son leves ondas
y los colosales picos del Wumín, simples terrones que ruedan.
Los tibios acantilados, coronados de nubes, que el río Arenas de Oro azota,
las frías cadenas de hierro del puente que el Dadú atraviesan
y más la nieve infinita del Minshán, nos alegran e incitan,
y cuando las cruzamos en cada rostro estalla la sonrisa.
Nota: Mao describe el avance del Ejército Rojo, que en octubre de 1934 salió de sus bases del sur de Chiangsí y del oeste de Fuchein, hacia el norte del país. Después de doce mil quinientos kilómetros de andanzas y batallas, en octubre de 1935, Mao culminó su proyecto con éxito y la larga marcha tuvo repercusión histórica.
Puerto pesquero, Wu Guanzhong, 1991.
PEITAHO
(Según la melodía Tao Cha).
Verano de 1954
Cae sobre Yeuyen una lluvia torrencial,
las blancas olas se alzan hacia el cielo.
Hay barcas de pesca más allá de Chingwangdao,
pero no se ve nada en el mar inmenso.
¿En dónde están?
Hace más de mil años en el tiempo,
Wu, emperador del Wei, sacudió su látigo,
fue al este, a Chieshí, y queda su poema.
El viento del otoño solloza hoy como entonces.
Pero el mundo ha cambiado.
Nota: Peitaho es un sitio costero de la provincia de Hopei. El emperador Wu de Wei, que es Tsao Tsao (155-220), fue nombrado emperador después de su muerte. Perteneció a la dinastía «Han» de la antigua China.
Crepúsculo en un bosque en el mes de otoño, Lin Fengmian, 1960.
RESPUESTA A LI SHU-YI
(Según la melodía Tié Lien Hua).
Mayo de 1957
Perdí a la altiva Yang, mi álamo; vos perdísteis a Liu, vuestro sauce.
Álamo y sauce volaron al más alto de los cielos.
Preguntan a Wu Gang con qué puedes obsequiarles
y Wu Gang les ofrece vino de flor de casia.
Solitaria, Chang Eh sacude sus amplias mangas
y danza en el infinito por el alma de los mártires.
De pronto se sabe que en la tierra se ha derrotado al Tigre,
y, de alegría, caen en lluvia torrencial sus lágrimas.
Nota: Escribió este poema como respuesta a otro escrito por una profesora de chino, esposa de un amigo y compañero que murió en la batalla de Honghu en 1933. «Wu Gang» es un dios de la mitología china que fue obligado a derribar árboles de casia indefinidamente. «Chang Eh» es la Diosa de la Luna. El «Tigre» es una alusión a los reaccionarios del Kuomintang.
Naciendo, Wu Guanzhong, 1986.
ODA A LA FLOR DEL CIRUELO
(Según la melodía Pu Chuam Che).
Diciembre de 1962
Lluvia y viento despiden a la primavera que parte;
una nieve que vuela saluda su llegada.
Sobre la roca donde construye su muralla el hielo
se abre una flor llena de gracia.
Llena de gracia, no pretende para sí la primavera
y le alegra no ser sino su anunciadora.
Cuando todas las flores de las montañas se abran,
ella sonreirá en medio de las otras.
Nota: El poema está inspirado en uno de Lu Yu (1125-1210), poeta de la dinastía «Song». Se refiere a un tipo de ciruelo que florece en invierno. Este tipo de ciruelo, que planta cara al frío, suele ser utilizado por los poetas como símbolo de hombre íntegro.
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