EL OSO TONTÍN SOÑABA…
A mi peluche de infancia
Dibujo hecho por mí cuando tendría unos cuatro años.
EL OSO TONTÍN SOÑABA
La nieve caía y caía
y el oso Tontín dormía.
Soñaba con un panal
que estaba en el encinar.
Soñaba que iba ligero
y andando por un camino
cuyos árboles mostraban,
en vez de flores y frutos,
turrones y mazapanes,
alfajores y cordiales.
Y como si fuera poca
esta exhibición de dulces,
por el río que Tontín soñaba
manaba miel de encinar.
El oso se relamía
y sus patas se movían.
¡Ay, Tontín, Tontín!,
que crees que llueve
azúcar del cielo.
Dormita oso goloso,
que largo será el invierno.
Nota: Tontín fue el muñequito de trapo con el que compartí sueños y pesadillas. Me acompañó hasta que marché de Cuba y, aún hoy, daría cualquier cosa por recuperarlo. Tontín era testigo mudo de mis fantasías de niña y venció a todos los juguetes nacidos de la tecnología.
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