Mis relatosMis relatos para adultos
Lluvia de primavera.
«Las hojas se volvieron palmas
para que el árbol tuviera
arroyitos de agua clara…»
En los jardines del amor.
«El joven —el sentimiento—, al verla tan cerca, empalidece y… calla.»
Bajo el limonero.
«Juana, ¡oh, Señor!, resucita a sus muertos.»
La huraña.
«Mientras más alto, más pegada al silencio con el cual la muerte castiga al reino de los vivos.»
El zumbar del abejorro.
«Los creyentes de domingo
se han vuelto extraños.»
Un retazo de alegría.
«¡Ten! No dejes nada en el plato: vendrá mañana con su ansiedad, sus noes y su hambre.»
La fotografía de la partida de ajedrez.
¿Sería cierto aquello o el deseo y la realidad se habían fundido en su cabeza?
El cubano que silba al viento.
«¿Cómo había podido llegar a aceptar la fatalidad de su destino?»
La abandonada.
«Hay que combatir el amor mediante la fuga…»
Hortensia y la varita mágica.
«Haz realidad tus sueños…»
Matilda al alba.
«… y de las pupilas de la pintora, abrasadas por las cataratas, huye una luz intensa, extraña, enigmática.»
Los evangelistas de la muerte.
El nuevo orden mundial está pensado en clave de colectividad.