A MI MADRE

¿Y por qué no permanecer más allá del asombro?

Foto de pasaporte, 1962.

 

Y EN SUEÑOS SE APARECIÓ MI MADRE

Constancias de nuestros pasos, pisadas que anhelo tanto.

¿Y las pisadas? ¿Borradas…, perdidas…? ¿Dónde están las pisadas?

La mar, vestida con puntillas de encaje y cuentas de sal marina, robó las huellas que abandonábamos en la arena, fino polvo creado de piedras y nácar.

¿Y las palabras…? Ondas sonoras, fieles representantes del alma, ¿dónde están nuestras palabras?

«No hay motivo para preocuparse, los diálogos han sido salvados. Están protegidos dentro de las pétreas caracolas», escucho decir a mi madre.

No abro los ojos, destejo el tiempo soñando mientras canta… ¡un ruiseñor perdido!

firma gabriela6

Nota: Publicado en Linden Lane Magazine, Otoño (Vol. 41.3), 2022.

ENLACES RELACIONADOS

Acertijo sobre la vida.

Renacer.

Nostalgia.

Recuerdos… y olvidos.

Teselas de mi mosaico habanero.

Los niños del «Caso Padilla».

Apenas dos minutos. A mis padres.

Pitina la caminadora. A mi hermana Claudia.

A mi abuelo Manuel Díaz Bello.

La bailarina.

Moisés.

Un retazo de alegría.

La fotografía de la partida de ajedrez.

La conga del hambre (María Gabriela Díaz Gronlier).

El cubano que silba al viento.

Padre (María Gabriela Díaz Gronlier).

Nanas del caminante (Manuel Díaz Martínez). Poema.

Fantasía para Gabriela (Manuel Díaz Martínez).


Compártelo con tus amigos: